viernes, 30 de noviembre de 2012

jueves, 29 de noviembre de 2012

The farther one travels...

[29/11/2002]

Without going out of my door
I can know all things on Earth
Without looking out of my window
I could know the ways of Heaven


The farther one travels
The less one knows
The less one really knows


[29/11/2012]

Fue el primer aniversario. Ahora, a los once, es más fácil olvidarse.

Dimensiones

[29/11/2002]

Cuando los seres bidimensionales descubren la tercera dimensión, lo que hacen es edificar en propiedad horizontal.

El tren

[29/11/2002]







miércoles, 28 de noviembre de 2012

Europanto

[28/11/2002]

Questa cosa is making the round en das Web. Jorge Varlotta hat it enviado a mí:
Que would happen if, wenn Du open your computero, finde eine message in esta lingua? No est Englando, no est Germano, no est Espano, no est Franzo, no est keine known lingua aber Du understande! Wat happen zo! Habe your computero eine virus catched? No, Du esse lezendo la neue europese lingua: de Europanto! Europanto ist uno melangio van de meer importantes Europese linguas mit also eine poquito van andere europese linguas, sommige Latinus, sommige old Grec.

Was esse better esse que alles can undertsande this nova lingua und, supra tutto, that alles can schriebe in Europanto sensa studiare und sensa effort. The important esse usare words that alles, sensa import que lingua nativa spreche, can understand. This esse the unica norma. Europanto esse eine lingua franca que want substitute Anglese (o Englando) und so, que the parlantes nativos of Anglese haben nicht advantage in international communication.

Want du try?
[28/11/2012]

Como no existe la Wikipedia en Europanto, pongo links al artículo en inglés y en castellano.

Agua podrida

[28/11/2002]

"Agua podrida" la llamábamos de chicos, y le poníamos barquitos. Era parte de la vida cotidiana porque vivíamos cerca del suelo, conocíamos las baldosas de la vereda, sacábamos bichos de abajo de las piedras y veíamos crecer los yuyos uno por uno.

Leo Masliah lo escribió como corresponde:

"Agua podrida, estancada, reseca,
agua podrida, pescado, buseca,
agua podrida, agua podrida,
agua podrida tapada de mugre,
agua podrida que queda y se pudre,
agua podrida, agua podrida,
agua podrida con casas al lado,
agua podrida con gente al costado,
agua podrida, agua podrida."

Etcétera.

(Ahora, en la calle Vidal, el agua podrida baja blanca y espesa, como leche. Me pregunto qué estarán tirando, de dónde. No se sabe. Unos metros más acá ya es normal.)

[28/11/2012]

Link nuevo a la letra de la canción (con acordes).

El agua

[28/11/2002]

El agua baja a los saltos, desgarrándose en las piedras y volviendo a armarse un poco más allá, cayendo todo el tiempo. A veces tiene un caudal que arrastra troncos, a veces es un arroyo invisible. Al agua no le importa si adelante hay una cascada infinita, una pared de roca, lava ardiente o el mar. El agua del río no es la colección de moléculas que salen de la fuente, recorren el cauce y acaban en alguna parte, sino el conjunto de saltos, remolinos y olas que puedo ver en un momento determinado. El agua de este río, más que un objeto, es su disposición.

El color del agua es como el color del cielo pintado en las rocas. Pero hay un instante en que brilla tanto que puedo creer que tiene luz propia. Me imagino el río en una noche sin luna y sin estrellas, dorado, iluminando el paisaje.

También suena, el agua, con voces que se parecen a las de los árboles en número y en modulación, pero con otro timbre. El sonido de esta corriente se ríe de mi zapatilla y le amenaza la punta con que va a salpicar.

Ahora podría acostarme en el lecho del arroyo que casi no tiene profundidad, acomodando vértebra con piedra, y dejar que el agua pase a través de mi cuerpo. Imaginarme cómo sería vivir así durante un millón de años.

Encarta

[28/11/2002]

Es bastante entretenido que Encarta muestre un artículo al azar cada vez que uno la abre. Tengo el modelo 99, en castellano, y en sucesivos episodios me presenta:
  • Ercilla y Zúñiga, Alonso de
  • Al-Andalus
  • Enrique el Navegante
  • Mérida (ciudad, España)
  • Reyes, Alfonso
  • Altamira, Cueva de
  • Cervantes Saavedra, Miguel de
  • Gran Colombia, República de la
  • Maximiliano I (de México)
  • Portales, Diego
  • Tiahuanaco
  • Azteca o Mexica
  • Chimú
Pero el azar, como se ve, es relativo. Qué trabajo se tomaron para evitar el resto del mundo, para dar la impresión de que todo es España y América Latina.

(P.D.: Cuando me decida a usar categorías en el weblog, esto deberá ir en "Volando bajito". O en "Peor es nada". O en "Dicen que soy aburrido".)

[28/11/2012]

¡Encarta! Claro, era la vida antes de la Wikipedia. Pero, por alguna razón oscura, Encarta me suena más antigua que los tomos en papel que juntan polvo en el estante.

Como se sabe, la Wikipedia también ofrece artículos al azar. En la columna de la izquierda está la opción "Página aleatoria". Un tanteo por la versión en castellano muestra cómo cambió el criterio de lo "enciclopedizable" (y hasta qué punto uno no tiene idea de lo que hay en el mundo):

martes, 27 de noviembre de 2012

Demolición

[27/11/2002]

Echaron abajo una vieja casa de dos plantas en la Avenida Crámer. Empezaron hace semanas, muy de a poco, sacando puertas, ventanas, caños, fragmentos de valor concentrado, y así estuvieron día tras día, como quien extrae un diente tras otro, un ojo tras otro, orejas, uñas, pelos, de algo que en un momento del proceso pasa a merecer el nombre de cadáver, pero no se sabe bien cuándo. Por último, con un mazazo bien calculado, toda la estructura se vino abajo. Hace un rato llegaron dos camiones para llevarse los restos.

Elección tipográfica

[27/11/2002]

Una desafortunada elección tipográfica (vía GMSV).

[27/11/2012]

Otra de esas cosas de las que no quedan rastros diez años más tarde.

Desde el tren (XI)

[27/11/2002]








[27/11/2012]

De Montreal a Nueva York, febrero de 1992. Capturas de video.

Zanahoria

[27/11/2002]

—Zanahoria.
—Zapallo.
—Zanahora, digo.
—Zapallo.

La humedad y el calor atraviesan las paredes. Una gota cae por el exterior del vaso de agua y otra por cada frente.

—No me escuchás.
—Sí te escucho.
—¿Qué dije?
—Sí te escucho.

La luz parpadea pero sobrevive. Afuera no hay luna, o si la hay quedó al otro lado de las nubes. Puede ser que llueva, pero hoy todavía queda techo. Mañana veremos. Todo el mundo está cansado, y más cuando las voces suben y se abren paso por el aire espeso.

—Es a las diez.
—Es a las once.
—No, es a las diez.
—No, es a las once.

Cambia un semáforo en la esquina: de rojo a verde, de verde a amarillo, de amarillo a rojo. No hay nadie en la calle para aplaudirlo. Tampoco se ve a nadie al otro lado de las ventanas encendidas, como si todos fueran fantasmas en el edificio de enfrente.

—Con azúcar.
—Sin azúcar.
—Te digo que con.
—Sin.

Tal vez no haya más que fantasmas, con la energía necesaria para encender una lamparita y mantener una discusión. Las lamparitas son difíciles, vienen de mala calidad. Las discusiones no.

—Después.
—Antes.
—Después.
—Antes.

lunes, 26 de noviembre de 2012

A diez mil metros por encima de tu propia alma

[26/11/2002]


Desde el aire

[26/11/2002]




Suenan las campanas

[26/11/2002]

"Suenan las campanas" es una frase cargada de sentidos. Omnipresente en un mundo donde las campanas sonaban todo el tiempo. ¿Y ahora? Habrá que buscar otros referentes, porque las campanas sólo existen para el creyente y el turista.



(Hace más de veinte años escribí en una estrofa de una canción: "Cuando suenan las campanas pasa un tren/ y no las puedo oír./ La verdad es que ni siquiera/ las puedo ver./ No sé dónde están./ No sé si quedan.")

[26/11/2012]

Me encontré con esa campana como turista, claro. La foto es una captura del video que tomé en el campanario de la Giralda, Sevilla, en mayo de 1991.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Segundo piso

[25/11/2002]


Filosofía

[25/11/2002]

La filosofía imperante en el mundo está basada en el clásico cartel de almacén:

HOY NO SE FÍA

De este modo se logra cumplir una serie de objetivos:
  • No oír la pregunta indeseada.
  • Crear en el otro, falsamente, una ilusión con vistas al futuro.
  • Hacer creer que se tiene sentido del humor.

Vivir con software

[25/11/2002]

Compramos en Musimundo un juego de compu para Gabriel. Tratamos de instalarlo, pero pide un número de serie que no encuentro en ninguna parte. Volvemos a Musimundo, donde un vendedor con buena vista me señala dónde está el número, en cuerpo 3. Me siento muy estúpido. Llegamos otra vez a casa, ponemos el número de serie y el juego no anda. Tampoco explica qué le falta para andar. Pero vienen unos jueguitos chicos, freeware, de yapa. Nos conformamos.

*

Una página que visito en la Web reclama que instale el Quick Time 6. Creí que lo tenía, pero bueno, digo que sí. La página igual no anda. Pero el Quick Time se instala cómodamente en la SysTray (¿se llama así?), de donde me tengo que tomar el trabajo de quitarlo, como tantas otras cosas antes.

*

Llamo a una empresa grande para hacer una consulta. Me atiende un aparato: "Diga nombre y apellido de la persona con quien quiere hablar, o marque su número de interno." Como no conozco a nadie en ese lugar, ni por nombre ni por número, me quedo callado. Segundos después vuelve el aparato: "No hemos identificado el nombre de la persona con quien quiere hablar. Por favor, diga nombre y apellido de la persona con quien quiere hablar, o pronuncie la palabra 'operadora'." Ah, digo; mejor dicho, pienso, porque lo que digo es: "Operadora." El aparato se toma otros dos segundos, y luego: "Lo comunico con la operadora." Me atiende la operadora. Le explico de qué se trata. "Un momento por favor", y me pasa con otro aparato: "Diga o marque uno si blablablá, diga o marque dos si blebleblé, diga o marque tres si blibliblí, o aguarde y será atendido por la operadora." Aguardo. Me atiende la operadora, que es otra. Le hago mi consulta. Ahora sí. "Un momento por favor, que ingreso los datos en el sistema." Un rato más tarde me ofrece mandar un fax. Acepto, pero la máquina se quedó sin papel: casi no la usamos, y el otro día alguien mandó propaganda. Salgo bajo la lluvia a comprar. Pero caramba, no anoté el nombre de la segunda operadora, y tengo que llamar de vuelta.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Nivel de las expectativas

[24/11/2002]

A pesar de todo también hay buenas noticias. El envase nuevo de Sucaryl tiene una tapa mejorada. Ahora, con cada sacudida del frasquito sale exactamente una pastilla, y no cero, tres, cinco o cualquier otro número arbitrario como ocurría antes. Lástima que en los próximos días nos iremos olvidando de este hito, de este detalle que perfecciona nuestras vidas al menos dos o tres veces cada día (según la frecuencia con que tomemos café), de este avance hacia un futuro que hasta podría ser promisorio si pusiéramos las expectativas en un nivel realmente, pero realmente, bajo.

Épocas

[24/11/2002]

Tendemos a pensar que el presente se perpetúa en el tiempo, sin cambios, o en todo caso con cambios selectivos, precisos, quirúrgicos, aunque no siempre para mejor. Sin embargo es todo lo que cambia, y con un grado de profundidad que, aún sabiéndolo por experiencia, nunca podemos prever.

Pienso en esto porque me vino a la cabeza una imagen del mundo y de la vida diaria de cuando yo tenía siete años, en 1961. Una imagen que empezó a crecer, a cobrar vida, a extenderse con los conocimientos que ahora tengo de esa época. Y se me ocurrió comparar ese entonces con el presente, en que mi hijo está por cumplir siete años.

Después pensé: no, un momento, ¿por qué no comparar hacia atrás, con el año 1931, cuando mi padre cumplió siete años? La diferencia entre ambas épocas, 1931 y 1961, es inmensa, casi incomprensible. No sólo en la política internacional, no sólo en los grandes acontecimientos de la ciencia y el arte, sino en la vida de todos los días, el desarrollo de cada minuto de cada día de cada persona. Tan inmensa y tan incomprensible como la diferencia entre 1961 y 2002. Y es un golpe darse cuenta de que mi padre ha vivido dos veces esa asombrosa mutación, y dos veces no pudo preverla, del mismo modo que nadie en el mundo pudo preverla.

Entonces, ahora, la pregunta "¿cómo será el mundo, la vida, cuando el hijo de mi hijo cumpla siete años?" es una pregunta importante, válida, inevitable. Pero no tiene ningún sentido. La única forma de saber la respuesta, como en esos procesos caóticos (autómatas celulares, por ejemplo) donde la matemática pone una situación inicial y un algoritmo pero no puede prever los resultados, es vivir cada día, procesar cada segundo hasta ese momento. Sólo que cuanto más se piensa en eso más intolerable resulta, y más fuerte es la tentación de volver a pensar, a pesar de la evidencia, que el presente, este presente, de una buena vez y para bien o para mal, se perpetuará nomás en el tiempo.

Más diccionario de la antigua Grecia

[24/11/2002]

Agamenlón. Rey perezoso. Todo quería que se lo hicieran los demás.

Apollo. El más pequeño de los hijos de Zeus. Tenía dos alitas que al spiedo salían muy tiernas.

Atlas. Titán condenado a hacer todos los mapas.

Mininotauro. Monstruo con cabeza de toro y cuerpo de gatito.

Plantón. Filósofo que siempre dejaba a los otros esperando.

Platonto. El más estúpido de los filósofos.

Yo, casta. Madre de Edipo, que siempre insistía con que era virgen.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Hu's on First?

[23/11/2002]

Hu's on First? (The Washington Times) "Celebrated playwright James Sherman is author of a hilarious 'Hu's on First?' sketch that he penned -- dripping wet -- this week after the Communist Party chose Chinese Vice President Hu Jintao as its new general secretary." (Es de lo más gracioso que leí en los últimos tiempos. Me llegó por email de varias fuentes, y empecé también a difundirlo, hasta que finalmente apareció el texto completo en la Web.) (Link de Dan Gillmor.)

[23/11/2012]

Agreguemos a The Washington Times a la ya larga lista de diarios que no mantuvieron vivas las direcciones de los artículos. Ahora se puede leer acá.

Saltos

[23/11/2002]

Pega un salto y llega un poco más abajo. Otro salto, otro poco más abajo. Salto, abajo. Salto, abajo. El objetivo es llegar al fondo, allá donde todo se acaba, a la oscuridad, al sitio sin salida. Pero de a poco.

El Mago de Oz

[23/11/2002]

Hace unos días escribí en Imaginaria una reseña de El Mago de Oz, referida a la traducción de Marcial Souto que acaba de publicar Maeva en España. Pero tanto o más que una reseña era el relato de cómo le vengo leyendo el libro cada noche a mi hijo Gabriel, que en diciembre cumple siete años. Pues bien, ahora estamos a punto de terminarlo: faltan menos de treinta páginas. Gabriel tiene tanta curiosidad que nos salimos de la rutina y estuvimos leyendo por la mañana. Ya le prometí que hoy mismo se enterará de que, al final, los zapatos de plata de Dorothy... ¡Oops, casi lo digo!

[23/11/2012]

A partir de entonces, en Imaginaria fuimos publicando completa esa traducción de Marcial, a razón de dos capítulos por número. En el índice de la sección Ficciones, buscando Baum, L. Frank, se puede encontrar la lista de partes.

Ventanas, ruido, anteojos

[23/11/2002]

Cuatro ventanas forman un rombo, Norte, Sur, Este, Oeste. Cada una refleja el sol de una forma diferente.

*

El ruido es tan fuerte que no deja ver.

*

Con los anteojos para leer a media asta en mi nariz, el cerebro entra en la rutina para la que está condicionado. Es automático. Si miro por arriba de los cristales, hemisferio derecho. Si miro por abajo, hemisferio izquierdo.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Información

[22/11/2002]

En los últimos cinco minutos ocurrió una de esas cosas que cambian el mundo, y yo todavía no lo sé. Es lo que pienso antes de ir a ver un sitio de noticias. Casi siempre me equivoco, pero lo peor es que no me doy cuenta cuando tengo razón.

Ellen Feiss

[22/11/2002]

Quienes hayan oído hablar de Ellen Feiss entenderán la importancia de esto: acaba de dar su primera entrevista. (Vía GMSV.) (Si el link anterior no anda, probar éste.)

[22/11/2012]

Quienes hayan oído hablar de Ellen Feiss y no se hayan olvidado de ella (como yo) en estos diez años... El link final, que lleva a Slashdot, sigue andando. Hay artículo en Wikipedia. Y se puede contar con Google, claro.

Misterio resuelto

[22/11/2002]

Hace un par de semanas escribí aquí lo siguiente:
Index of /~nhz/dualimages/. Son seis imágenes. Tal vez sea mejor verlas de abajo hacia arriba. No creo que sean de Hao Zhang: diría que él sólo las puso en su sitio. (Gracias a Jorge Varlotta.)
Ahora Andrea Zablotsky viene al rescate (¡gracias, Andrea!). Me escribe:
"La familia del general" es de Octavio Ocampo. "Leonardo pintando su autorretrato", "La calavera" y "La ventana de enfrente" pertenecen a Sandro del Prete. Del resto no estoy segura, pero sospecho que deben ser también de Del Prete, que jugó mucho con estas imágenes. En Internet hay varias de sus obras en este lugar.
[22/11/2012]

El post en cuestión está acá, en MW+X. Ahí mismo, Marcelo Fabián aclara dónde se puede ver algo.

Desde el tren (X)

[22/11/2002]






Joanne hechizada

[24/11/2002]

<autobombo> Hay un cuento mío en la revista Veintitrés de esta semana. Me llamaron el viernes pasado, y me dijeron que necesitaban para el martes un cuento relacionado con Harry Potter. Soy fan de J. K. Rowling y me gustan estas ideas, así que lo escribí y ahora está en los kioscos. Todo muy divertido. Lástima esas películas... </autobombo>

[24/11/2012]

Acá va el cuento. En la revista salió como "El mejor de los hechizos", pero el título original era "Joanne hechizada". Tengo que reconocer que envejeció, porque se refería a un momento particular de la historia: cuando J. K. Rowling no terminaba el quinto libro de la serie, y todos estábamos impacientes. Así que hay que situarse en ese momento.

Joanne hechizada

El fuego de la chimenea formaba figuras de aspecto humano que se movían con rapidez. Dos parecían estar discutiendo en una habitación luminosa, hasta que una de ellas se fue dando un portazo. Después surgió un paisaje, hecho de llamas oscuras donde debía haber sombra, y llamas brillantes donde debía dar el sol. Un auto se alejó hacia el horizonte por un camino de campo.

Era lo más parecido a un televisor que se podía encontrar en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Aburrido, el anciano de barba blanca y cabello aún más blanco que contemplaba el fuego desde un sillón hizo un gesto con los dedos, para apagarlo. No valía la pena. En particular, el sonido era pésimo. No había forma de imitar bien las voces humanas con el crepitar del fuego, aunque los motores de los autos salían bastante mejor. Además, en la oficina del director había demasiados retratos parlanchines, cuyo murmullo constante impedía oír bien.

La oficina del director. El anciano de barba blanca y ojos rodeados de arrugas miró a su alrededor la sala grande, hermosa y circular, como había escrito Joanne. Desde su percha dorada, Hawkes, el ave fénix, parecía otra vez un pavo desplumado... como había escrito Joanne. Joanne, Joanne, siempre Joanne, la que todo lo sabía, la que todo lo recordaba y, peor aún, la que todo lo escribía.

El anciano de barba blanca y túnica larga, director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, se frotó los ojos. No quería pensar en Joanne, necesitaba un descanso ahora que los estudiantes estaban de regreso para otro año de clases y los días eran largos y laboriosos, llenos de pequeños problemas, intrigas, confabulaciones, materias triviales que invariablemente requerían una decisión.

Pero no iba a tener tanta suerte.

Sobre un escritorio de madera negra había una piedra con forma de huevo, color violeta, tachonada de puntos brillantes. El anciano de barba blanca y sandalias la miró de reojo, como si supiera lo que iba a ocurrir (cosa que probablemente era cierta). Y justo cuando la miraba, la piedra empezó a rodar hacia él, y siguió rodando hasta el borde del escritorio. Varios personajes de los cuadros interrumpieron su relato de viejas proezas para ver lo que hacía. La piedra se detuvo un centímetro antes de caer, y empezó a dar saltos. Bam, bam, bam, golpeaba en la madera del mueble.

El anciano de barba blanca y anteojos redondos suspiró resignado, hizo otro gesto con los dedos, y la piedra, tan feliz como podría estarlo cualquier piedra, saltó a su mano y se abrió en dos, como una caja de sorpresas o un coco que tuviera una bisagra. El anciano acercó una mitad al oído y la otra a la boca.

Era lo más parecido a un teléfono que se podía encontrar en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

—¿Quién habla? —preguntó el anciano con una voz extrañamente juvenil para su edad.

—¿Cuánta gente tiene este número? —dijo alguien al otro lado.

—Joanne —dijo el anciano, y aspiró hondo para contener el impulso de cerrar la piedra.

Los personajes de los cuadros prestaron más atención. Algunos trataron de darle un codazo al vecino, olvidando que en medio estaban los marcos.

—Joanne, sí —dijo la voz—. Tenemos que hablar.

—Pero...

—Pero nada. La gente sigue esperando. Millones de personas están ansiosas, y tú no quieres dar el brazo a torcer.

El anciano de barba blanca y dedos nudosos alzó la vista hacia el techo, buscando paciencia.

—Es que has ido demasiado lejos, Joanne. El primer libro estuvo bastante bien, a todos nos gustó. El segundo, pasable. Hacia el tercero empezamos a sentirnos incómodos, y el cuarto...

—Tú mismo los aprobaste antes de que fueran a la imprenta.

—Es verdad, pero no esperábamos que tanta gente los leyera. Queríamos que un pequeño grupo de personas se enterara de nuestra existencia, para rescatar a los verdaderos magos que pudieran ocultarse entre ellas. No que millones de fanáticos se arrancaran los pelos para conocer la siguiente aventura.

Algunos personajes de los cuadros asentían con la cabeza. Otros sonreían con esa mezcla de picardía y condescendencia que sólo se logra desde una pintura en la pared.

—El éxito no fue mi culpa, ya lo sabes. En todo caso...

—En todo caso, nada. Si sólo fueran los libros... ¿Tenías que vender los derechos para hacer esas películas? ¿Tenías que explicar cada detalle de nuestro amado Hogwarts para que esos utileros... —buscó una palabra insultante, y decidió que no hacía falta—, para que esos muggles los reprodujeran con sus trucos baratos? ¿Tenías que...?

—No sigas —interrumpió la voz—. Ya me has dicho lo mismo cien veces. Yo no quería, pero la gente me presionaba. Tuve que hacerlo.

—¿Tuviste que hacerlo? —La cara del anciano, bajo su barba blanca, empezó a ponerse roja. —¿Tuviste que llamar la atención de incontables locos sobre el colegio, hasta obligarnos a mudarlo con paredes, sótanos, fantasmas y todo?

—Bueno, debes reconocer que gracias a mi ayuda financiera la mudanza no fue tan difícil.

—No es sólo el dinero, Joanne. Es el espíritu el que...

—¿Y la vista? ¿No me dijiste cuán bonito es el paisaje allí abajo, con el cerro Fitz Roy tan cercano?

—Eso es verdad. Aunque aún tengo problemas para tomar mate... Me quemo la lengua.

—¿Y la seguridad? ¿Cuántos seres malignos superan la pereza de viajar hasta tan lejos?

—No sólo los seres malignos tienen dificultades, Joanne. Te olvidas de los propios alumnos. ¿Sabes el tiempo que lleva viajar en el Expreso Hogwarts desde Londres hasta aquí? ¿Sabes cómo llegan de agotados los estudiantes? No pueden ni levantar sus propias escobas.

Risas ahogadas de las paredes, murmullos, ruido de burla: los habitantes de los cuadros habían visto el estado de los chicos.

—Está bien —dijo la voz del teléfono—. Reconozco que no todo ha sido bueno. Pero esto no puede seguir así. Hace más de dos años que salió el cuarto libro, y con el próximo sin terminar todos sospechan algo raro. Si no me quitas el hechizo sobre el quinto...

—¿Por qué lo voy a quitar? —interrumpió el anciano—. ¿Quién quiere más problemas?

—No eres razonable, no quieres oírme. Si me dejaras terminar de escribirlo, te darías cuenta de que no voy a poner en peligro a Hogwarts, ni a nadie relacionado con Hogwarts.

—Si te dejara terminar de escribirlo, nadie podría impedir que lo publicaras. Y entonces...

—Entonces qué.

—Un momento y te lo diré.

Sin separar el teléfono de su cabeza, el anciano de barba blanca y mirada sabia se levantó del sillón y caminó hacia una mesa baja que había entre dos ventanas. Sobre la mesa había un tablero formado por pequeñas piedras de colores. El anciano se sentó ante el tablero, sopló para activarlo y agitó los dedos a su alrededor. Las piedras fluyeron unas sobre otras para armar figuras, frases, números.

Era lo más parecido a una computadora que se podía encontrar en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Desde las paredes, varios pares de ojos se inclinaron hacia adelante con curiosidad. Los retratados no conocían bien la nueva tecnología, ese modo extraño que tenían los muggles de hacer algo parecido a la magia, pero sin magia. Para ellos debía haber trampa en alguna parte, aunque no pudieran detectarla.

El anciano leyó el contenido del tablero y dijo:

—Setecientos veintiocho muggles lograron encontrar el bosque encantado.

—El viejo bosque encantado —dijo la voz del teléfono—. El nuevo todavía sigue oculto.

El anciano no se dejó alterar por el comentario. Volvió a agitar los dedos, las piedras armaron otros dibujos.

—Mil doscientos cuarenta y dos muggles sufrieron heridas de diversa consideración tras echar mano de escobas mágicas.

—Hasta que ustedes tomaron la elemental precaución de ponerles candado.

El anciano resopló. Algunas piedras salieron disparadas fuera del tablero, pero una rápida combinación de giros y torsiones de la mano las devolvió a su sitio.

—Los dragones de Rumania están al borde de la extinción debido a que millares de muggles los persiguen.

—Y a que ustedes insisten en tenerlos escondidos.

El anciano apoyó la cabeza en la mano para buscar fuerza. Arrugó la nariz y obtuvo un último dato del tablero de piedras.

—Cientos de muggles han descubierto que fuiste alumna de Hogwarts, a pesar del formidable esfuerzo que hicimos para crearte una historia alternativa.

—Y todos los otros muggles están convencidos de que esos pocos son una manga de chiflados —dijo la voz del teléfono—. Si estas objeciones son lo mejor que tienes, mi querido amigo, entonces ya es hora de que levantes el hechizo de una vez.

El anciano de barba blanca y aspecto preocupado suspiró, desconectó el tablero de piedritas y se puso de pie, tomándose un tiempo para responder. Las caras de las paredes se pusieron serias.

—Joanne —dijo finalmente el anciano—, sólo quería que conocieras las noticias más recientes. Ya sabes que hay algo más importante que todo esto.

Fue el turno de la voz telefónica de suspirar.

—La época —dijo—. La bendita época.

—Lo hemos hablado tantas veces —dijo el anciano mientras se sentaba en su sillón, frente a los restos del fuego que ahora no transmitían ningún programa—. ¿Qué necesidad tenías de traer esas historias al presente? ¿Por qué no mantuviste las fechas originales?

—Ya te lo he respondido. Porque así tienen más interés para los lectores. Porque así son más próximas, más palpables. ¿Quién no se aburriría leyendo cosas que ocurrieron en tiempos de sus abuelos? ¿A quién le importarían los aprendices de hechiceros de casi un siglo atrás? ¿Quién se asustaría sabiendo que Voldemort fue derrotado hace ya setenta años?

—Joanne, nada de eso es...

—Y por encima de todo —siguió la voz del teléfono, sin hacer caso a la interrupción—, traje esas historias al presente porque así es más divertido.

Los personajes retratados, que se habían inclinado hacia adelante para oír mejor, se miraron entre sí. Algunos asintieron.

—¿Divertido? —el anciano dio el suspiro más largo de todos, y luego emitió un sonido que se parecía sospechosamente a la risa—. Ay, Joanne, siempre tienes la respuesta justa en el momento justo.

La voz del teléfono no esperó ni un instante:

—¿Vas a levantar el hechizo sobre el quinto libro, entonces?

El anciano de barba blanca dejó de reír.

—¿Sólo por una respuesta ingeniosa? No, Joanne. Estoy pensando en modificar todos los libros impresos, desde el primer ejemplar hasta el último, para que la época en que transcurren sea la real, setenta años atrás. ¡Para que nadie crea que esas cosas ocurren hoy! Recién entonces podría...

—¡Por favor! ¡Es una locura!

—Todo es una locura, Joanne, no lo olvides.

—Pero jamás permitiré que modifiques mi obra. No dejaré que...

—¿Tu obra? —el anciano se puso rojo otra vez—. Tu la habrás escrito, pero sin nosotros, sin mí, jamás habrías tenido qué contar.

La voz del teléfono hizo un silencio largo, mientras el anciano director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería se calmaba lentamente. Las figuras pintadas al óleo arrugaban el entrecejo, pendientes de lo que vendría a continuación.

—Tienes razón —dijo finalmente la voz del teléfono. Todos, desde el anciano hasta la última figura de la pared, se relajaron un poco—. Perdóname.

—Está bien —dijo el anciano—. Pero ahora me siento cansado, Joanne. Mejor hablemos mañana.

—De acuerdo, aunque no voy a permitir que...

Sin esperar el final de la frase, el anciano cerró las dos mitades de la piedra y la arrojó hacia el escritorio, donde tras un par de ruidosos rebotes quedó quieta y opaca. Las figuras animadas que lo rodeaban volvieron a su murmullo habitual. Allá afuera, una seguidilla de risas juveniles recordaron a todos que seguían teniendo por delante la tarea de educar a una nueva generación de magos y brujas.

El anciano de barba blanca y uñas frágiles se reclinó en el sillón, abrumado por las dudas y las responsabilidades, pero sobre todo por los recuerdos. Y sin darse cuenta, como siempre, se llevó una mano a la frente, allí donde la vieja cicatriz con forma de rayo casi había desaparecido.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

A waste of thumbs

[21/11/2002]

what a waste of thumbs that are opposable
to make machines that are disposable
and sell them to seagulls flying in circles
around one big right wing

(Ani DiFranco)

[21/11/2012]

A Google-like search on your life

[21/11/2002]

Imagine being able to run a Google-like search on your life (New Scientist, via Evhead).

[21/11/2012]

Nuevo link.

Ayer reproduje el comienzo del primer cuento de mi hijo Gabriel

[21/11/2002]

Ayer reproduje el comienzo del primer cuento de mi hijo Gabriel, que el mes que viene cumple siete años. A pedido del público, aquí va el original de ese fragmento (haciendo click en la imagen aparece una versión más grande y legible):


[21/11/2012]

Esta ya es la "versión más grande y legible". Es que en aquella época de bajas resoluciones no entraba en la columna principal del blog.

Link al otro post, acá en MW+X.

El texto de Helvecia

[21/11/2002]

La semana pasada recibí (y reproduje) un texto inspirado por esta foto (que también había puesto aquí):


Se ve que el ejemplo cundió, porque ahora me llega un segundo texto surgido de la misma foto. Como el anterior, viene firmado por alguien que no conozco, y que no pone su nombre completo. La autora, Helvecia. Aquí va:

(Dedicado a Pepe.)

En el suelo, delante de mis pies, han quedado unos cráteres oscuros. Respiro hondo y vuelvo a observarlos; me sube un temblor, desde los dedos de los pies descalzos; recién me doy cuenta porque vine corriendo y no hay temblores que me molesten cuando estoy tan agitada. Me asustan los grandes pozos, uno al lado de otro, de límites recortados; me recuerdan a la forma de las barrancas en la orilla de los ríos, cuando la erosión ha dejado la tierra hecha pedazos y allí en lo alto aquel límite, como si quisiera formar una cresta, haciendo de cuenta que no llegará para él el momento de desbarrancarse. Ilusión estéril, porque otras lluvias vendrán y lo que ahora es tierra firme mañana será polvo, en el fondo del río o allá, en el río grande como mar. En miniatura, los límites de estos cráteres convocan a aquéllos. Yo, parada firme frente al espectáculo porque adentro, ay, adentro los cráteres forman dibujos, pero no puedo decir dibujos porque lejos de ser planos, son remolinos en el fondo del mar con peces muertos y boquiabiertos que se chocan con el lomo de un dinosaurio de cola mutilada y gigantescas culebras se entretejen y todo parece un fondo del mar requeterrevuelto adonde fueron a parar unos pedazos de llamas y no me explico cómo habrán hecho ellas, del altiplano, para llegar hasta el fondo del mar. Un paisaje aterrador, eso es lo que veo en este cráter porque en el otro ya no quiero saberlo, realmente me da temor involucrarme también en ese mundo. Levanto la vista y recuerdo que estoy aquí arriba en el cerro, miro adelante y adonde antes la extensión de campo estaba salpicada por una y otra casa, hoy se ha formado un pueblo; si me esfuerzo puedo oírlos, todo el bla bla de aquella gente, sus chusmeríos y me tienta irme de mí y seguirlos y entonar con ellos los ritmos de las cantinelas mundanas y agarrar un rebenque y encerrar en su corral a las cabras, al ritmo de:

-Vaamos, vamos, al corral las caabras ?un silbido y otro, como Aníbal Borges, siempre haciendo eso pero él es peor porque son las ovejas, y en paz, él tranquilo, encerrando a cada bicho en el corral correcto. Pero yo no sirvo para arrear ovejas, ni cabras (aunque sea más divertido), ni para perderme para siempre en las cantinelas, aunque me tientan, ni para agarrar el rebenque...

Pero con ellos, en el pueblo que veo ahora alborotarse con el claro de la mañana ¿será que se ha ido mi espíritu?, de hecho, hay una alegría mía que goza con ellos allá. Pero yo estoy aquí de nuevo, aquí frente a los cráteres que ha dejado en su lugar el ombú del cerro de Aníbal.

De pronto, algo me da una frescura por adentro y me animo a mirar de lleno al otro cráter, el que no quise antes leer, por miedo; lo veo hondo y oscuro, ni un solo retoño, me detengo un poco más y me sale de adentro una certeza: así es el ombú, puede vivir en esa forma de agujeros muchos, muchos años, pero hay muy allá en el fondo, quizás muy adentro de la tierra, una ley irrefutable: siempre, siempre, despertará en nuevos brotes que traerán, vaya a saber en qué primavera, un nuevo ombú frondoso para el cerro de Aníbal.
Helvecia
[21/11/2012]

Ya conté el secreto aquí. Este es otro texto producido en el taller literario de Mario Levrero / Jorge Varlotta. No sé quién es Helvecia.

martes, 20 de noviembre de 2012

Sigue el diccionario de la antigua Grecia

[20/11/2002]

Teles de Mileto. Primer fabricante de televisores de la antigüedad. Célebre por su demostración de que dos segmentos de audiencia de un canal son proporcionales a los dos segmentos de audiencia correspondientes de otro canal, cuando los programas son para lelos.

Olimpopó. Caca divina.

Zezeus. Dios que habla siempre con la zeta.

Nuevo diccionario de la antigua Grecia

[20/11/2002]

Alejandro Mango. Gobernante fácil de agarrar.

Apenas. Nombre de Atenas cuando sólo era una pequeña aldea.

Cocorinto. Antigua capital de las gallinas.

Efeo. El más desagradable de los mares griegos.

Empédocles. Ver Pisístrato.

Espanta. Nombre dado a Esparta por sus temerosos enemigos.

espartapájaros. Artilugio usado en Esparta para espantar cuervos.

Esquilo. Creador de tragedias para ovejas.

gracia. Chiste de Grecia.

Herodotro. Otro historiador.

homeroteca. Colección de obras de Homero.

Pisístrato. Ver Empédocles.

[20//11/2012]

En los días siguientes habría más de esto. Alguien lo recopiló y reunió aportes de otras personas, para hacer esta página. El invento siguió circulando, apareciendo en foros y demás, ya de forma anónima: un ejemplo, y otro.

Había una vez un chico que era muy pobre que vivía en España

[20/11/2002]

"Había una vez un chico que era muy pobre que vivía en España y el día 13 de octubre vino un huracán que sacó volando al chico que se llamaba Juan. Juan llegó a un país de un mundo desconocido. El huracán lo llevó a un parque donde había unos marcianos que se sorprendieron mucho al ver a Juan. Los marcianos le mostraron el país aunque un poco asustados."

(Así empieza la página uno del primer cuento de mi hijo Gabriel, que el mes que viene cumple siete años. Va por la página ocho. Todavía no terminó, aunque ya hubo tres o cuatro precipicios infinitos, y peligros asombrosos como un dios del pasto.) (Corregí algunos errores de ortografía.)

lunes, 19 de noviembre de 2012

Palabras

[19/11/2002]

Ariscócteles. Filósofo griego, inventor del margarita.

Tequilo. Medida de peso para bebidas alcohólicas.

*

Derrotero. Itinerario del buque vencido en una batalla.

Deshilacharse

[19/11/2002]

Algunas nubes tienen una forma de deshilacharse poco a poco que parece que duele.

To do

[19/11/2002]


Horizontal

[19/11/2002]

Ninguna horizontal es perfecta. Todo va en subida o cuesta abajo. No hay equilibrio.

Apurado, apurada

[19/11/2002]

Apurado, apurada, tropezando, tanteando, encendidos de ansiedad, angustiado, angustiada, a trasmano, a traspiés, discutiendo, disputando, disímiles, disimulando, cansado, cansada, apagados, apaleados, ahora mismo, ahora, ya.

[19/11/2012]

En 2007 le puse música (que subí a la Mágica Web). Aquí está, gracias a archive.org:



(Es mi voz, subida cuatro o cinco semitonos.)

domingo, 18 de noviembre de 2012

Filtros

[18/11/2002]

Tenía los filtros demasiado sucios, pero me dio pereza limpiarlos. Así que me los arranqué y los tiré ahí al lado, en el piso. Ahora pienso con más claridad, aunque no sé cuánto va a durar.

Control remoto

[18/11/2002]

Él se quedó apretando enloquecido los botones del control remoto. Pero ella siguió alejándose como si nada.

Se dobla pero no se rompe

[18/11/2002]


Migración

[18/11/2002]

Los acondicionadores de aire saltaron de sus huecos en las paredes y remontaron vuelo. Eran tantos que pusieron negro el cielo. Mientras nos torcíamos el cuello para mirarlos, todos juntos emigraron hacia el invierno del norte.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Diarios de dos planetas

[16/11/2002]

"Muñecos esparcidos por toda Buenos Aires causaron sorpresa. Un grupo de artistas colocó veinticinco humanoides de látex en situaciones de riesgo. La Policía y el SAME estaban avisados pero no se pudieron evitar episodios confusos en la calle." (Clarín)

"El día de los falsos muertos. Una veintena de muñecos de plástico con aspecto humano fueron arrojados en la calle como parte de un proyecto del Rojas. Hubo indiferencia, solidaridad y hasta algún incidente con golpes." (Página/12)

Si uno lee la noticia en Clarín, la sensación es que un grupo de locos peligrosos agredió gratuitamente a la población, que reaccionó con sensibilidad, solidariamente, y en algunos casos con justa indignación.

Si uno lee la noticia en Página/12, la sensación es que un grupo de artistas notables mostró aspectos patéticos de una sociedad egoísta, vanidosa, agresiva, llena de temores.

En ambos casos se trata de una sucesión de episodios anecdóticos, la mayoría elegidos a propósito para el enfoque particular de cada diario. Algunos de esos episodios, en cambio, son los mismos en ambos medios, y sólo difiere la forma en que se los relata. Un ejemplo:

Clarín: "Una mujer por encima de los 70 se acercó al muñeco de Defensa y Estados Unidos y empezó a llorar. 'Veo este cuerpo y me imagino que soy yo misma tirada, muerta', se derrumbó."

Página/12: "El cuerpo descansa en la vereda. Una mujer de unos 70 se queda mirándolo impresionada. Fue tal su actitud, que uno de los alumnos del Rojas se acercó para explicarle. 'Ya sé, ya sé –le dijo la mujer–, lo que pasa es que me veía yo, así, dentro de unos años, sola, abandonada.'"

Otro:

Clarín: "En Avenida Alvear y Ayacucho, todo terminó mal. Primero un portero creyó que el muñeco era el diariero que acababa de sufrir un infarto. Después salieron desde la casa Versace y el Hotel Alvear para exigir que sacaran el cuerpo ensangrentado del lugar. Recién lo hicieron cuando un médico y vecino de la zona trompeó a uno de los supervisores del proyecto."

Página/12: "Frente a la Galería Alvear, un muñeco intentaba transmutar la indiferencia de la gente. Reaccionó un vecino, distinguido médico según se informó más tarde. Primero volcó su energía sobre el croto de plástico. 'Debía suponer que le ensuciaba la vereda', supuso el director [de la experiencia, Emilio García Wehbi]. Pero cuando descubrió que un fotógrafo registraba la escena, lo atacó a trompadas. El colaborador del Rojas terminó herido en el Fernández."

Me pregunto qué diario reflejará lo que sucede en mi propio planeta. ¿Uno de estos? ¿Otro? ¿Cómo saberlo?

[16/11/2012]

Nuevo link para la nota de Página/12.

Queda claro que no es nada nuevo que ambos diarios sean tan diferentes.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Lo que te llevás

[15/11/2002]

"Cada vez que venís te llevás momentos", dice el afiche de Unicenter.

Sí, claro. Para llevarte cosas deberías tener plata.

¡Jua jua jua!

[15/11/2002]


¡Juaaaaaaah jua jua jua jua!
¡Ji ji! ¡Iiiiiiii ji ji jiiiii!
¡Juaaa juaaaaaaaa jua jua jua!
¡Aaaaaaahhh! ¡Ju ju!
¡Jjjjjiiiiaaaaaaaaaaaaaaa jua jua jua!

(Gracias a Susanne.)

"Bruma", por Nolo

[15/11/2002]

Alguien que firma Nolo me envió el texto que reproduzco a continuación, inspirado por esta foto que puse aquí no hace mucho. (Hay un giro curioso, porque la foto llevaba como título "Desde el tren", y en el texto de Nolo el medio de transporte es otro, tal vez aún más válido para la atmósfera de la imagen.)




BRUMA
por Nolo
Navegar no es necesario
Necesario es vivir

Solo, me dejaron solo, y lo disfruto. Frente a mí tengo la isla, atrás el continente. Falta poco para llegar, falta poco en distancia, pero bastante en tiempo porque casi no hay viento. Mis hijos duermen abajo, cansados. Tuvimos una noche muy movida. Un inesperado vendaval nos obligó a tomar un rumbo demasiado cercano a la costa, un rumbo desconocido, peligroso, por una zona con islas y restingas. Yo al timón, Alejandro y Manuel subiendo y bajando velas según las cambiantes circunstancias. El único rumbo razonable, que le daba cierta estabilidad al barco, era hacia tierra. Tuvimos un momento muy difícil cuando mis dos hijos estaban tratando de bajar la vela mayor. Vino una ola desde un lugar inesperado. No pude evitar un bandazo que desestabilizó el barco. Pudo haber tirado a alguno de los muchachos al agua. Por suerte quedaron los dos prendidos del mástil, milagrosamente a salvo del violento barrido de la botavara, que dio un bandazo de babor a estribor. No quiero ni pensar lo que hubiera pasado si cae alguno de mis hijos al agua, de noche y con ese mar. Pero ya está, pasó la noche, bajó el viento y ya fijamos de nuevo el rumbo. Los muchachos se fueron a los camarotes y yo quedé en el timón, con las velas desplegadas rumbo a la Isla de Flores. Viniendo de Punta del Este, uno toma la isla por afuera, por el Sur, pero con la tormenta quedamos del otro lado, del lado de la costa. Por eso, ahora queremos bordearla por el Este, rodearla y poner proa hacia el Buceo.

Desde atrás me llegan los graznidos de unas gaviotas. Me doy vuelta, las sigo oyendo pero no las veo, no veo la costa. Desde la tierra avanza una bruma densa que recién descubro. Muy pronto, lo único que percibo son los graznidos de las gaviotas, que ya pasaron y se alejan. El barco sigue su camino lento y silencioso rumbo a la isla que se desvanece rápidamente.

La sensación es inquietante. Amaneció pero no se ve nada, no llego a distinguir la proa. Estoy rodeado por una creciente luminosidad sin formas. Si no fuera por los olores, los suaves golpeteos del agua en el casco y la humedad en la cara, podría decirse que estoy sentado en un banco de mi casa. Ya no veo ni el mar ni el cielo. No veo nada. ¿Dónde está la isla? ¿Estaba a dos millas? ¿A una? Con la distracción pude haber avanzado mucho sin darme cuenta. ¿Y si la tengo arriba?

La Isla de Flores realmente son tres islas. Del lado Sur uno encuentra aguas profundas y no tiene rocas sumergidas; se puede navegar pegado a tierra sin problemas. Pero desde el punto en que navego, desde tierra y el Este, la isla continúa hacia mi y el barco con rocas ocultas bajo el mar. De día se ven, pero con esta neblina estoy ciego, ni siquiera veo la isla, apenas me veo las manos que agarran al timón firme y desesperadamente. No sé cuán cerca estoy, no sé si apunto a la costa Este de la isla o a la costa Oeste, no veo nada y me está ganando el pánico. En los puertos y sus boliches me han contado sobre mil naufragios en estas circunstancias. Mis hijos duermen abajo en las literas y yo no sé muy bien qué hacer.

Tengo que parar de pensar y empezar a actuar, aún a ciegas, totalmente a ciegas, actuar. Puedo soltar las velas y dejar de navegar, parar el barco. Pero el barco no se va a detener, lo va a arrastrar la corriente que no tengo idea para dónde va, muy probablemente derecho a la isla. Lo peor es quedarse sin gobierno, si suelto las velas me quedo sin gobierno y la corriente, aún lenta, me puede llevar indefenso contra las rocas. Busco con la vista el compás, fijado en una mampara que tengo muy cerca, y que por suerte alcanzo a ver, el rumbo sigue idéntico. Puedo virar un poco a estribor, pero no tengo noción de cuánto, el remedio puede ser peor que la enfermedad.

El único problema que uno tiene llegando al puerto de Buceo desde el Este, es la Isla y unas restingas hacia la costa: las restingas de Carrasco: una barrera de rocas y rompientes, algunas se ven, otras no. Depende de la marea. Por eso se toma la Isla desde el Sur; si uno la toma por afuera y pone proa al Buceo, se saca de encima la Isla y las restingas con una sola maniobra, pero se pierde bastante tiempo. Por eso de día se puede pasar por adentro, por un canal que es amplísimo, una inmensidad si uno ve. Ya es de día pero la bruma no me deja ver nada, el canal es ahora tan delgado como mi incapacidad para orientarme; si viro demasiado, corro peligro de encallar en las restingas. Miro hacia arriba y veo la punta del mástil que hace un rato no veía. ¿Estará despejando? Desesperado miro en dirección al rumbo que voy, pero no veo nada, apenas veo la proa, que de cualquier manera, hace un rato no veía.

Tengo frío, estoy envuelto en bruma, en una humedad que me hiela. Desesperado por la situación, por no ver, no me había dado cuenta de que estoy muy desabrigado, helado, helado por la bruma, helado por el miedo. No miré el reloj pero, calculo, que ya pasó mucho tiempo desde que me di cuenta de esta situación. Debe hacer una vida que no veo y el barco siguió avanzando.

Grito, para llamar a los muchachos sin resultado, los tipos están fritos, agotados por la paliza de la noche anterior. Sigo navegando, con un viento que arrecia un poco, firme en el mismo rumbo. Sigo, también, gritándole a mis hijos, con la vista fija en la puerta que comunica el debajo caliente de la cabina y las cuchetas, con el arriba de la cubierta mojada de neblina.

Al fin asoma la cabeza de Alex por la puertita; mi hijo menor somnoliento pero alerta. Veterano de muchas regatas, antes de subir a cubierta ya sabe que navega normalmente, ya sabe de dónde viene el viento y su fuerza. Para eso no se necesita ver. Igual me interroga: ¿Qué pasa viejo? Sin esperar respuesta pasea la mirada por el mar, con el instinto del tipo marinero que quiere saber cómo andan las cosas por sí mismo. ¡Ah! Ya pasamos la isla, comenta. Y dirigiéndose a mi: Papá ya podés virar, no necesitas alejarte más. De este lado es profundo. Por fin me pregunta sin ganas: ¿Querés que te ayude con las velas para la maniobra ? Sorprendido por la nueva situación y con remordimientos por haberlo despertado inútilmente, le contesto: no gracias, alcanzame la campera que está en la cucheta de babor y andá a dormir; te llamo cuando estemos llegando.

Había dejado de mirar un instante, o por lo menos a mi me pareció un instante, mientras llamaba a los muchachos. En ese instante, despejó. Despejó lo suficiente como para que se pudiera ver a unos cientos de metros a la redonda. La isla ya no estaba frente al barco, estaba al costado, casi a popa. La niebla no me dejó ver como pasamos ciega y limpiamente de largo. Pasé por el costado Este de la isla sin siquiera saberlo.

Me puse la campera y me dispuse a hacer la maniobra para virar. Antes, alcancé a ver el cielo totalmente azul y el lejano horizonte ya casi despejado. Hice la maniobra sin problemas rumbo al puerto del Buceo. Ya no tenía que hacer más nada hasta llegar, tenía por lo menos tres horas a solas conmigo. A pesar de la campera, el frío se quedó en los huesos, el frío de un hijo perdido en el mar, el frío de un naufragio por la niebla.

Lo que quedaba de camino me acompañaron bandadas de gaviotas que ahora podía seguir con la vista, volando casi a flor de agua, desde sus nidos en la isla hacia la costa, que ya se veía claramente y acercándose, sin rastros de bruma.
Nolo

[15/11/2012]

Acabo de resolver que a esta altura puedo decirlo. Quien firmaba Nolo asistía al taller literario de Mario Levrero (Jorge Varlotta, mi amigo), quien usaba la foto en cuestión como motivadora para producir textos. Jorge me mandó el texto de Nolo, con pedido de que lo publicara pero no contara nada al respecto. Así somos. Así estamos. No sé quién es Nolo. Perdón, si tengo que pedirlo.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Diógenes y Michel Onfray

[14/11/2002]

"El éxito y la buena fortuna de la gente deshonesta reducen al absurdo toda la potencia y la fuerza de los dioses." Diógenes

"La rebelión es la virtud que fortalece las posiciones estéticas." Michel Onfray

(Gracias a Marcela Carranza.)

Cerebro plano

[14/2/2002]

"¿Qué superficie ocuparía un cerebro si fuera plano?" pregunta, entre otras cosas, Txema. A ver, Hofstadter, Dennett, esa gente, qué responden.

martes, 13 de noviembre de 2012

Fotos del sol

[13/11/2002]

New Photos of Sun are Most Detailed Ever (Space.com). Hay que verlas, especialmente con la posibilidad de hacer zoom y revisar los detalles.

[13/11/2012]

El link ya no sirve. Pero, por supuesto, en estos diez años aparecieron mejores fotos. Sin ir más lejos, se puede buscar en Google Images "nasa sun photos".

Patentes

[13/11/2002]

Las letras que aparecen en las patentes de los autos argentinos suelen formar combinaciones poco afortunadas. Así, CIA, DGI, CGT y ANO son más o menos comunes en esas callecitas abandonadas a su suerte. Y también AYY, AJO, ASS, BLA. Pero nunca me reí tanto como de una patente inesperada que vi hoy, en mi propia cuadra: DKK.

An Animal's Place

[13/11/2002]

An Animal's Place (The New York Times). "At the same time many people seem eager to extend the circle of our moral consideration to animals, in our factory farms and laboratories we are inflicting more suffering on more animals than at any time in history. [...] Half the dogs in America will receive Christmas presents this year, yet few of us pause to consider the miserable life of the pig -- an animal easily as intelligent as a dog -- that becomes the Christmas ham." (Vía Arts & Letters Daily.)

Lay de Murphy

[13/11/2002]

Variante de Douglas Wright para la Ley de Murphy:
  • Si algo puede salir bien, saldrá mal.
Formulación apocalíptica de Douglas Wright y Eduardo Abel Gimenez para la Ley de Murphy:
  • Todo saldrá mal siempr

domingo, 11 de noviembre de 2012

Desde el tren (IX)

[11/11/2002]


Inusualmente

[11/11/2002]

De La Nación Line, página principal, sobre el clima de ayer:



Para hoy, en cambio, se anuncia un día normalmente inesperado.

(Dice mi mujer que está bien, que en la Argentina todo es inesperado, y que tiene sentido medir cuán inesperado es cada día.)

[11/11/2012]

¡Encontré el artículo! ¡Sigue diciendo lo mismo!

viernes, 9 de noviembre de 2012

"Tiranosaurio pez"

[9/11/2002]


(Por Gabriel.)

Gente en el subte

[9/11/2002]

Ese hombre alto y gordo, de bigotes, medio calvo, con remera blanca y pantalones de gimnasia, pasa silbando el arrorró.

*

Es una chica linda, salvo por esa horrible cicatriz en el cuello, esa cosa sin forma por debajo y un poco por detrás de la oreja. Hasta que mueve la cabeza y resulta ser un aro, un pendiente que termina en una piedra color salmón.

*

Ella (otra) tiene una cicatriz que le parte el labio superior. Él la besa exactamente ahí.

*

Viene por el andén corriendo bajito: la espalda bien derecha, los brazos quietos a los costados, sólo corre la mitad de abajo de las piernas, arrastrando los pies.

*

Hay un sargento de la policía en el siguiente grupo de asientos. Mejor dicho, hay unas jinetas de sargento, tres segmentos amarillos, en una prenda color azul oscuro. Mejor dicho, hay un chico de pelo largo que lleva una remera con tres rayas amarillas en las mangas.

Index of /~nhz/dualimages/

[9/11/2002]

Index of /~nhz/dualimages/. Son seis imágenes. Tal vez sea mejor verlas de abajo hacia arriba. No creo que sean de Hao Zhang: diría que él sólo las puso en su sitio. (Gracias a Jorge Varlotta.)

[9/11/2012]

¿Qué era esto? Ni idea.

Posdata del 9/11: Marcelo Fabián encontró las imágenes en otro lado y anotó la dirección en los comentarios. Ahí mismo aparece una fuente distinta, donde hay más imágenes (algunas de las cuales, ahora, recuerdo haber visto).

jueves, 8 de noviembre de 2012

GetContentSize

[8/11/2002]

GetContentSize (vía E-Media Tidbits).

[8/11/2012]

Ni el destino ni la fuente. Genial.

Era una pequeña aplicación que decía cuánto texto legible había en una página como porcentaje de la longitud total del código. Acá lo explicaba el autor: The content-to-code ratio.

Persianas

[8/11/2002]

De noche las persianas de plástico se sacuden con el viento y suenan como esqueletos de fantasía.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Mozilla vs IE

[7/11/2002]

101 things that the Mozilla browser can do that IE cannot (vía CNet).

[7/11/2012]

Para empezar, el "Mozilla browser" no era todavía Firefox, cuya versión 1.0 salió en noviembre de 2004.

Para seguir, ni el "Mozilla browser", ni IE, ni ningún otro, puede mantener con vida algunos links durante diez años.

martes, 6 de noviembre de 2012

Diez cuentos de diez palabras

[6/11/2002]

(Con un guiño a Jordi Cebrián)

Giró la llave en el sentido equivocado y terminó todo.

*

Al mediodía aún no habían logrado que saliera el sol.

*

Necesitaba una lista de compras que pudiera resolverle la vida.

*

Bajé antes. Caminé. Miré pájaros. Llegué tarde. No me esperaban.

*

En el colectivo siete personas estaban sospechando de las otras.

*

Le puso en los ojos unas gotas para mirarse adentro.

*

Dedicó su vida a cambiar el uso de una palabra.

*

En la tumba sólo encontraron una moneda de diez centavos.

*

Se puso a escribir sin saber que acabaría tan pronto.

[6/11/2012]

Tardé, pero en algún momento me di cuenta de que eran nueve en lugar de diez.

A day in the life

[6/11/2002]


Arroje aquí (el tacho de) la basura

[6/11/2002]


La curva del fin del mundo

[6/11/2002]



[6/11/2012]

Un par de años después encontré que alguien usó esta foto en un foro venezolano, para burlarse de una marcha opositora. El link a ese foro ya no anda, pero por suerte tengo una captura de pantalla:

Integrados al paisaje

[6/11/2002]



¡Allá! ¡Allá!

[6/11/2002]


Los Gimenez de Google

[6/11/2002]

Sé que mi apellido es muy común. Aun así, tengo una experiencia intensamente surrealista al ver esas páginas y páginas de caras y dibujos, completamente ajenos a mí, cuando busco Gimenez en la sección de imágenes de Google.

Algunos casos son francamente delirantes. Como cierto gimenez.gif, severo retrato que corresponde a un suboficial mayor (R), con la gorra bien calzada, que parece haber estado en la base Marambio. O el gimenez.jpg de una profesora canosa, sonriente, sonrosada, con vestido de tela celeste estampada, del Departamento de Sociología de la Universidad de California. O la muy erótica luciana_gimenez_01.jpg, portaligas, escote que sólo pudo ser creado en el Photoshop, que adorna un weblog en portugués compartiendo cartel con el Nighthawks de Edward Hopper.

Finalmente, yo estoy aquí. En un sentido profundo y definitivo, me resulto a mí mismo indistinguible del resto.

lunes, 5 de noviembre de 2012

The Emperor's New Science

[5/11/2002]

"It seemed that a pair of French twin brothers who were national television personalities had duped several physics journals by tying together a nonsensical string of trendy terms and mathematical equations in papers that slipped through the peer-review process." (The Chronicle of Higher Education, vía Arts & Letters Daily. También acá.)

[5/11/2012]

Nuevo link... para quienes paguen una suscripción.

Vectorpark

[5/11/2002]

www.vectorpark.com (gracias a Jorge Varlotta).

domingo, 4 de noviembre de 2012

Recuerdos o no

[4/11/2002]

Estoy a punto de dormirme pensando en algo que dijo mi mujer, cuando otra cosa entra en mi mente. Viene de ninguna parte, sin aviso, a interrumpirme. Puede ser un recuerdo: camino por unas calles casi despobladas, en busca de la casa de alguien. Estoy con mi mujer, o tal vez no sea ella sino una pareja anterior; más que la persona, es el vínculo lo que está claro. Pero el hecho de caminar no es lo central, sino la contemplación en sí misma. Me parece ver el plano del barrio en que me encuentro, calles ortogonales, manzanas en damero, y hay cuatro cuadras en una dirección, seis cuadras en la otra, la mayor parte sólo terrenos baldíos. La casa que buscamos está en una calle perpendicular a la dirección en que veo el conjunto.

Sí, tiene que ser un recuerdo, pero no consigo ponerlo en ningún sitio, ninguna época. También podría ser un sueño. O el recuerdo de un sueño.

La casa que buscábamos es pequeña y un tanto vieja, en contradicción con el barrio, que sin duda ha sido trazado hace poco y está apenas ocupado por unos pocos chalets de dos ambientes con ladrillo descubierto. Estoy en la vereda, mirando la casa a través de una alambrada. Y sin embargo tengo una imagen difusa del patio interior, con una mesa destartalada, las puertas altas y oscuras de una casa-chorizo, una mujer baja vestida de negro con un delantal claro. También puedo ver algo de la casa de al lado: está cerrada, vacía; tiene las paredes revestidas de piedra; el césped, afuera, está bien cortado, no como en "nuestra" casa, cuyo jardín es desprolijo.

Lo curioso es que no presto atención a lo que veo, sino a las dudas sobre su origen. ¿Estuve en este lugar alguna vez? ¿Lo estoy inventando ahora? ¿Está regresando de un sueño muy antiguo? No lo puedo saber. Es muy convincente la creencia de que el lugar existe, o existió. Se me impone. Y a la vez me falta la comprobación de un recuerdo más preciso. ¿Tal vez esto ocurrió cuando era muy chico? ¿Puede ser que esté con mis padres? ¿Sólo con mi madre?

No, no es así. Fui de adulto. Tenía comprensión del espacio, una idea muy clara de la disposición del barrio. Recorro mentalmente distintas eras geológicas de mi vida, rastreando el momento que ahora me toca revivir. Voy muy lejos. Pero no encuentro nada.

Y ahora esto también se desdibuja, porque tengo otro recuerdo, de otro barrio, otro momento, otro viaje. En un colectivo, ando por una calle que debe estar en la mitad sur de la ciudad. A ambos lados hay edificios de varios pisos. La calle termina un par de cuadras más adelante, donde sé que el colectivo girará unos metros a la derecha para luego volver a doblar a la izquierda. También veo el plano del barrio, debí consultarlo en una Filcar. Estoy solo, voy a visitar a alguien por primera vez. Pero no sé a quién. Tampoco lo recuerdo. O estoy en otro sueño.

Esta segunda escena es más débil que la primera. La primera trata de volver, se superpone a la segunda. Y entonces, aprovechando la lucha, una tercera situación relacionada con planos y casas salta hacia mí. Hay una avenida larga, que va hacia el sur cerca del río. No estoy viajando, es algo que sé, veo más o menos toda la avenida y entiendo que voy allá al final, a un pequeño barrio encerrado entre depósitos. Al mismo tiempo, sé que hay una plaza, la veo, es una plaza oscura en el centro de la ciudad, con árboles muy altos, rodeada de edificios de tipo ministerial. La plaza y la avenida son parte de un mismo recuerdo, un mismo lugar, aunque estén disociadas.

Nada de esto se corresponde con sitios de Buenos Aires. Y sin embargo creo que estoy aquí, en la ciudad. No puede ser en otra parte. Una idea lateral me encandila por un momento: escribir un cuento, o una novela, en una Buenos Aires donde las calles son otras, los nombres son otros, pero en una recombinación de elementos porteños que hagan la ciudad inconfundible; más aún, llamarla Buenos Aires, declarar que es Buenos Aires. Y no dar explicaciones.

Estoy en todas partes: en el barrio raleado, en el colectivo, en la avenida del sur y la plaza. Comparo las situaciones entre sí, asignándoles distintos grados de credibilidad. Me sorprende el acumular tantos recuerdos que podría llamar catastrales. O el tener tantos sueños semejantes, que sin embargo parecen separados por intervalos de años y años. Me siento al borde de entender algo, a punto de llegar a una conclusión.

Pero no hay momento culminante, no hay resolución. Me canso, me distraigo. Dejo todo de lado. Vuelvo a la imagen más fuerte, la casa pequeña y vieja en ese barrio despoblado, seguramente en las afueras de la ciudad, hace mucho tiempo. Y entonces no recuerdo nada más, y ya son las cuatro y media de la madrugada, y me duele la espalda, y me doy vuelta para seguir durmiendo.